30 Sep ¿Vives desde tu mente?
¿Cuántas y cuántas veces cometemos los mismos errores una y otra vez?. No entendemos por qué nos pasa y luego encima nos sentimos culpables y empezamos a preguntarnos ¿Pero por qué? ¡Si ya esto yo lo sabía! Bueno pues esto, entre otras causas, es porque nuestras conductas y errores son mantenidas por reforzadores, es decir, por consecuencias. Y esos reforzadores ya sean negativos o positivos, siempre nos reportan algo agradable. Para que se entienda:
- Negativos: eliminan algo que nos resulta desagradable (Tengo vergüenza en una fiesta y me voy, por lo que siento alivio).
- Positivos: (voy a la fiesta y me divierto).
Entre otras cosas, tendríamos que averiguar cuáles son los reforzadores que están haciendo que repitas ese error que no te gusta, pero no me voy a parar en esto. Aunque ésta sea una de las causas principales, me desviaría del título del artículo y de la idea principal que he tenido al escribirlo: hacer consciente de en qué medida tu mente controla tu experiencia y tu vida. Además de intentar que te des cuenta de si lo que haces es por lo que te dice tu mente o por lo que te dice tu experiencia.
Cuando empezamos a hacernos este tipo de preguntas de ¿Por qué otra vez lo mismo? a veces no sabes las respuestas, son “preguntas trampas” en las que nos enredamos hasta tal punto que no nos deja vivir lo que estamos viviendo en el momento. Damos vueltas en la cabeza y cuando te vienes a dar cuenta has dejado de hacer aquello que querías hacer, en definitiva, has estado enredadísim@ y has perdido tu maravilloso tiempo en eso. En ese momento no has estado centrado en vivir tu experiencia, (lo que haces con tu cuerpo con tus pies y con tus manos) has estado viviendo desde tu mente. Vivir desde tu mente es más frecuente de lo que crees. A veces a lo largo de nuestra historia de vida tenemos ciertos aprendizajes que nos van creando unas reglas de comportamiento que aunque no las tengamos identificadas, son las que nos hace cometer estos errores o verte envuelto en experiencias que no querías, y aunque tu experiencia del día a día te hace ver lo contrario, si estas envuelto en estas reglas no lo ves, y ahí es cuando te mueves por lo que dice tu mente.
Ejemplo: Tu mente te dice que vas a pasar vergüenza en la fiesta porque ya te pasó en una fiesta anterior, por lo que decides no ir. Tu experiencia te dice que disfrutas de las fiestas y que la última vez, cuando te marchaste de ella, no conseguiste disfrutar, así que marchándote de nuevo vuelves a no disfrutar, por lo que tu experiencia te dice que tu mente no es tu amiga, que te quedes en la fiesta y disfrutes. Tu cuerpo, tu realidad, tu experiencia quiere disfrutar, y tu mente no te deja. ¿A quién le haces caso? ¿Qué es más fácil? ¿Lo más fácil es lo mejor para tí? Tu mente te dice que se te tiene que quitar la vergüenza para ir a la fiesta, tu experiencia te dice que quedándote en la fiesta aunque tengas un poco de vergüenza, disfrutas, ya has estado en fiestas anteriores donde disfrutabas a pesar de que al principio lo pasabas mal.
Esto es un ejemplo de una situación en la que la persona al final no disfruta de su experiencia de ir a la fiesta si le hace caso a su mente.
A veces no es fácil darse cuenta de esto, o incluso aunque ya te hayas dado cuenta es difícil cambiarlo, todo es un proceso, el primer paso es ser consciente.
Tú decides: ¿Te comportas literalmente tal y como piensas? o ¿Te centras en estar en contacto con tu momento presente, aceptando todo tipo de emociones, sin necesidad de cambiar nada, persistiendo en lo que quieres en función de tus valores?
Tú decides: ¿Te quedas pensando o te pones en acción?
Tú decides: ¿Te mueves hacia aquello que te importa? O ¿te mueves sólo para alejarte de lo que no deseas? ¿En qué consumes tu energía y tiempo? ¿Qué crees que es mejor?
¡Tú decides! Y una vez decides, pasa a la acción.
Psentidos Psicólogos.
Mª Elena Ruiz.
www.psentidos.com
Marbella