El proceso de duelo es algo personal y único, cada persona lo experimenta a su modo y manera, sin embargo, produce reacciones generales y comunes en prácticamente todos los seres humanos. Se entiende como “La sensación de pérdida sin posibilidad de recuperación”. Es una experiencia global, que afecta a la persona a nivel psicológico, social, y físico. Es un proceso durante el cual se atraviesan diferentes etapas, un trabajo que debe realizar el doliente, en el que se necesita siempre de ayudas externas (sociales, personales, profesionales …) para ser soportado.
Podemos diferenciar entre los siguientes tipos de pérdidas:
- Pérdidas por fallecimiento. La pérdida de un ser querido es la principal causa de estrés en todo el mundo. El tipo de fallecimiento, la manera como se ha actuado con el fallecido antes de morir, los asuntos pendientes, el parentesco … determinarán la respuesta que el doliente tendrá ante este tipo de pérdida.
- Pérdidas sentimentales. Dentro de eta categoría se pueden incluir los siguientes subtipos:
- Amorosas: las pérdidas por divorcios, separaciones, noviazgos, etc., pueden llegar a causar graves estragos en las vidas de las personas, afectando fuertemente a los valores, creencias, pérdida de la autoestima, disminución del rendimiento laboral y sensación de vacío.
- Relaciones familiares. La vida a veces da demasiados problemas y complicaciones; uno de ellos son las relaciones familiares.
- Amistades: del mismo modo, la pérdida de las relaciones con amigos, esos amigos tan buenos y cercanos que se podría creer que siempre estarían ahí, supone en el doliente sensaciones propias de duelo como desconfianza, frustración, soledad, etc.
- Pérdidas materiales. Ante las pérdidas materiales se produce reacciones todas ellas normales dentro del proceso de duelo. Dentro de las pérdidas materiales podrían englobarse los despidos, cambios de trabajo, cambios de ciudad de residencia, negocios fracasados.
- Pérdidas vitales. Serían aquellas pérdidas fruto del paso de la vida y que inevitablemente cierran una etapa vital. La menopausia, en las mujeres, supone el fin de un ciclo y trae consigo un proceso de duelo, de pérdida; del mismo modo, las crisis vitales aparecidas como consecuencia de la jubilación o de las prejubilaciones, el síndrome del nido vacío en las amas de casa cuando ya no tienen hijos a los que cuidar, etc. Supone un reajuste en la vida social, familiar y laboral de las personas en esta situación; por lo tanto, supone el inicio de un ciclo de duelo.
¿Cómo te ayudamos en el proceso de duelo?
Nuestro objetivo en la intervención es acompañar a recorrer de una manera activa el proceso de aceptación ante la pérdida, favoreciendo la autoayuda y consiguiendo que la persona aprenda y crezca como ser humano, siendo capaz de decir adiós, reajustándose, y afrontando los diferentes obstáculos.