15 Ene Atención: ¡Padres, madres! ¿Nos cuidamos?
Cada día observo y escucho a padres, madres e incluso abuelos preocupados por sus hijos. “Es que no sé qué le pasa…” “No quiero que vaya a más…” “¿Cómo puedo ayudarle?” “Nos tiene desbordados…” Son frases que nos dicen con poco aliento, desanimados, agobiados por la situación que están viviendo. Disponen de soluciones que han puesto en práctica una y otra vez y no consiguen nada.
Cuando empezamos a trabajar con la familia, y evaluamos qué es lo que ocurre, a veces, detectamos que ese problema que les trae a consulta, es una consecuencia de la situación familiar que se vive en el ambiente. Problemas de pareja, falta de comunicación en esos padres, no disponer de normas y límites en casa, no estar de acuerdo en las pautas educativas, ansiedad en alguno de los progenitores, desánimo, apatía, y un largo etcétera. A veces no, pero en muchas ocasiones, podríamos prevenir que nuestro hijo pase una etapa difícil a causa de nuestros problemas personales.
Reflexionemos:
¿Por qué no pedimos ayuda antes? O mejor ¿Por qué sólo pedimos ayuda para nuestros hijos, cuando una gran parte del malestar está en ese adulto desbordado, en esa pareja? ¿Por qué no nos damos ese valor que tenemos como personas, e igual que cuidamos de nuestros hijos, cuidamos de nosotros mismos?
Siempre escucho:”Por mi hijo lo doy todo…” ”Por mi hijo lo que sea…” Y no nos damos cuenta que para que nuestro hijo esté bien, nosotros tenemos que estar bien, con ganas, alegría, tranquilos, fuertes, pacientes, ya sabéis, todas esas cualidades necesarias para ellos.
Mediante estas palabras quiero realizar una llamada de atención a todas las personas que piden ayuda para sus hijos y se olvidan de sí mismos. ¡Es un error!, ¡Tu hijo puede sufrir las consecuencias de tu malestar!.
Os animo a que penséis: ¿Qué pasa con nosotros? ¿Quieres seguir soportando el malestar y aguantar y aguantar hasta que cada día la solución sea más difícil? Hace unos días, me comentaban: “Es el mejor dinero que he invertido nunca”, ¡Claro que sí!; ¡pedir ayuda para sentirse bien, es una inversión para tu bienestar emocional, y esto es para toda la vida! ¿No os parece importante?
Yo lo veo fundamental.
Mª Elena Ruiz.
Psentidos Psicológos. Marbella.