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Gestionar las emociones dolorosas.

Gestionar las emociones dolorosas.

Las emociones son reacciones a acontecimientos que nos pasan. Se tratan de reacciones complejas compuestas por diferentes componentes como sensaciones y cambios corporales, cambios en la cara, y hasta cambios cerebrales.

Existen unas serie de emociones básicas o primarias como el asco, miedo, sorpresa, alegría, enfado y tristeza y de ahí ya las complejas que suelen ser aprendidas y fruto de la combinación de las aprendidas. Todos nacemos biológicamente preparados para sentirlas.

Las emociones vienen y van. Son como olas en el mar. Son como hojas que caen de un árbol y se las lleva poco a poco el viento. La mayor parte de las emociones sólo duran de segundos a minutos.

Cada emoción tiene una función. Y una de las funciones importantes que tienen todas las emociones es que sirven para activar conductas. Una conducta, es algo que hacemos por ejemplo, luchar, si estamos enfadados o huir, si tenemos miedo.

Todos expresamos las emociones de forma diferente según lo que hayamos aprendido y vivido. Además las expresamos en diferentes contextos y entornos. Las podemos expresar a través del lenguaje corporal, como en la expresión de la cara, a través de palabras, como por ejemplo lo siento o te quiero, o a través de acciones, como besar, golpear, e incluso podemos no expresarlas e inhibirlas, guardárnoslas para otros momentos en los que creemos que es más adecuado, como por ejemplo un enfado.

Igual que todos tenemos la capacidad de sentir las emociones, todos tenemos capacidad también para tolerar esa emoción que consideramos como “negativa”, todos tenemos la capacidad de soportar ese dolor y malestar que nos produce.  Nuestro nivel de tolerancia dependerá de nuestras experiencias pasadas y de lo que hayamos aprendido. Cuando digo tolerar, no digo aguantar, digo tolerar en el sentido de aceptar. Tenemos la capacidad para aceptar nuestras emociones. Tenemos que ser conscientes de que en la vida siempre hay dolor y por lo tanto lo tenemos que aceptar y tolerar, intentar evitar siempre el dolor nos lleva a veces a más problemas en lugar de resolverlos. Pero bueno, esto no quita que hay veces en las que se requiere que evitemos la emoción dolorosa por unos momentos. Por ejemplo cuando estamos en el trabajo, o en alguna reunión en grupo etc. Aunque siempre buscar esa evitación dentro de la tolerancia y la aceptación.

Sin embargo, a veces se nos va el tiempo en hacer ver a los demás cómo de mala es la situación que estamos viviendo en lugar de ser efectivos para nosotros mismos y llevar la situación bien. Si se nos va el tiempo entre quejas y comprobaciones de lo mal que va todo, no tenemos resultados positivos para nosotros. Sólo obtenemos mayor agotamiento y gastamos nuestras energías en algo que no nos aporta. ¿Y por qué lo hacemos? Claro está que necesitamos expresarnos, desahogarnos pero si todo nuestro tiempo y energía se nos va en ello, aunque sí se obtienen algunas ganancias a corto plazo como el acercamiento y apoyo de familiares a la larga no funciona porque no estás gestionando de una forma positiva la situación.

¿Y tú? ¿Qué haces para manejar tus emociones dolorosas de una forma positiva?

En el siguiente post incluiré algunas estrategias que os puedan valer.

MªElena Ruiz.

Psicóloga sanitaria. Marbella.